miércoles, 21 de octubre de 2009

LO QUE LOS HISTORIADORES DICEN DE LA TOMA DE GRANADA


El historiador español Luis Suárez

Sabemos lo mucho que se escribe en contra de la Toma de Granada. La mayor parte de sus detractores lo hacen por acomodarse a una tendencia, la que marca el pensamiento políticamente correcto que pretende que censuremos nuestra historia, avergonzándonos de nuestro pasado. Los que salen ganando con ello son aquellos que, en el siglo XXI, todavía esgrimen títulos de legitimidad para apropiarse de Granada (nos preguntamos: ¿y si Granada se convierte en Medina islámica qué se supone que habremos de hacer los que estamos orgullosos de ser españoles?

Muchos españoles parece que no lo son. Nos referimos a todos aquellos que que se han puesto de parte de esa versión de la historia que supone que, con la Toma de Granada, un "paraíso" de libertades y esplendor cultural -islámico- desapareció. Censuran la fiesta de la Toma como una agresión al principio de tolerancia y multiculturalidad que ellos se han encargado de erigir en principio rector de la vida pública. Por eso se han empeñado en cambiarle tantas veces el nombre a ese 2 de enero que celebramos en Granada: fiesta de la tolerancia y fiesta de las culturas.

Pero, ¿qué dicen los historiadores? ¿qué es lo que dicen los estudiosos dignos de crédito del auténtico significado de la Toma de Granada?

En estos días, vamos a ofrecer algunos pasajes de historiadores solventes, para que nos aclaren el valor de la Toma de Granada.

Empezamos con Luis Suárez, eminente historiador que ha sido reconocido, a lo largo de su vida entregada a la ciencia histórica, con honores tan señalados como: Premio Nacional de Historia de España (2001), Gran Cruz al Mérito Civil, Gran Cruz de Isabel la Católica, Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, Encomienda de la Orden de Enrique o Navegador de Portugal. Correspondiente de la Real Academia de las Buenas Letras de Barcelona, Académico Emérito de la Real Academia de Portugal, Miembro de la Comisión Permanente de los Congresos de Historia de la Corona de Aragón y Vocal del Comité Español de Ciencias Históricas. Esto dice de la Toma de Granada:

"Y así llegamos al año clave de 1492, el de Granada, el de América y el de la Gramática de Nebrija. El confesor de la Reina, fray Hernando de Talavera, fue nombrado obispo de Granada con la importante tarea de procurar la conversión de los muy numerosos musulmanes que permanecían en aquel reino (...) Los monarcas, que habían unido en su soberanía reinos diversos de España e Italia, querían proporcionar a este esquema un valor fundamental, la unidad religiosa que conducía también al reconocimiento de la profunda dignidad de que se halla revestida la naturaleza humana: una Monarquía católica, como lo eran ellos mismos. Así lo habían acordado con los Papas Sixto e Inocencio a través de los legados enviados precisamente con este fin. El catolicismo romano sería vehículo de unidad para todos los súbditos, por lo que debía suprimirse el culto a las otras religiones; esta tarea resultaba compleja por la importante cantidad de judíos y de musulmanes amparados por las disposiciones vigentes."

(La construcción de la cristiandad europea, Luis Suárez, editorial Homolegens.)
La unidad religiosa no era una cuestión fácil, pero no había otro camino si se quería restablecer en toda su grandeza la civilización occidental, fundada sobre tres elementos -según indica el sabio historiador Luis Suárez: la trascendencia heredada de Israel, el ius que es patrimonio romano y el valor de la persona humana que había defendido el helenismo. O sea, Europa... La cual no se entiende sin el cristianismo, siendo el judaísmo y el islam elementos extraños.

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